¿Cómo empezaste en el mundo del diseño floral?
Las flores llegaron a mi vida en un giro inesperado. Vine a España por un corto tiempo para estudiar un doctorado en Paz, Conflicto y Democracia, pero la vida tenía otros planes para mí. Encontré el amor y sufrí una serie de pérdidas familiares que me llevaron a quedarme, y con ello, emprendí un cambio radical en mi vida.
Siempre he tenido intereses artísticos y creativos, así que explorar nuevas posibilidades me llevó al arte floral. Descubrí un mundo absolutamente fascinante, y las flores eran una herramienta para expresarme y crear con uno de los elementos más hermosos de la naturaleza. Me di cuenta del privilegio que esto representaba. No lo dudé y comencé mi formación técnica básica. Tras una breve experiencia como freelance en el sector de las bodas, comencé mis propios proyectos.
Mi primera boda fue en 2017, y casualmente, fue una boda de destino. A través de Instagram, me contactó una pareja venezolana que venía a Granada para celebrar su boda con su familia. Las flores debían ser un detalle discreto pero significativo; recuerdo haber usado diferentes tipos de orquídeas como un guiño al trópico. Esta primera experiencia me llenó de optimismo y entusiasmo, y me abrió las puertas a un camino que aún sigo recorriendo.

¿Hay temas, colores o elementos específicos que te atraen repetidamente en tu trabajo?
Con el tiempo, me doy cuenta de que el hilo conductor de mi trabajo es la delicadeza. Es mi enfoque en mis diseños, sin importar el estilo, los colores o el tipo de flor. Suelo crear a partir de lo que entiendo como natural, orgánico, fluido, equilibrado y, en definitiva, delicado.
«Siempre he tenido intereses artísticos y creativos, así que mientras exploraba nuevas posibilidades, me encontré con el arte floral.«

¿Quiénes o cuáles son tus principales fuentes de inspiración en el mundo del diseño floral?
Aunque me atrae naturalmente el estilo de jardinería y admiro a artistas como Liz de Siloh Floral o Madison de Hart Floral, también sigo de cerca perfiles de diferentes estilos, como el colectivo This Humid House, Art Petrov y Lisa de DoctorCooper. Además, tengo la suerte de rodearme de amigos floristas de quienes aprendo, admiro y me inspiran enormemente.
¿Hay otros artistas o diseñadores, no necesariamente de la industria floral, que inspiren tu trabajo?
La inspiración surge de todo lo que me conmueve, de las cosas que despiertan mi curiosidad, lo que luego se traduce en diseños o hilos conductores para mis proyectos. Esto cambia constantemente; depende de cada etapa personal, de mis intereses o de mi estado de ánimo. No siempre bebo de las mismas fuentes.
Desde la naturaleza, la danza, el arte y la fotografía hasta la moda y la repostería, por ejemplo. Actualmente, me atrae profundamente el trabajo de Jessica Sale, una exquisita pastelera inglesa que me inspira con sus formas, procesos, técnica y estética. Por otro lado, me inspira profundamente el trabajo de Ruven Afanador, un fotógrafo colombiano cuyos sensibles retratos abren puertas a otros mundos.

¿Cuál ha sido la experiencia de aprendizaje más significativa en tu carrera como diseñadora floral?
El diseño floral ha roto muchos moldes en mi vida. Nunca me hubiera imaginado emprender mi propio negocio, simplemente porque el mundo empresarial no era lo mío (y, sinceramente, sigue sin serlo). Pero he aprendido que todo es un proceso con una curva de aprendizaje, donde la perseverancia es clave. Tanto en los negocios como en el diseño floral, he aprendido a aceptar que los errores y la autocrítica para identificar qué se puede mejorar son fundamentales para el crecimiento. Al principio, estas ideas me causaron mucha frustración; ahora acepto que es una parte inevitable del camino y estoy desarrollando constantemente herramientas que me ayuden a afrontarlo.
Por ejemplo, la logística y la producción de cada evento es un reto que no podría afrontar sin una organización muy clara y una comunicación estrecha con mi equipo. A nivel empresarial, definir mi estrategia, mis objetivos a corto y medio plazo, y esforzarme al máximo por evitar cualquier cosa que no contribuyera a ello, ha sido clave.
¿Podrías destacar uno de tus proyectos de diseño floral favoritos y qué lo hizo especial para ti? ¿Cuál fue tu proyecto más reciente?
Uno de mis primeros proyectos fue la instalación de una instalación aérea con cientos de flores y hortalizas suspendidas del techo de un stand en la Feria Fruit Attraction para una empresa hortícola de la costa granadina. Fue muy significativo para mí, ya que se trataba de la fase inicial de mi proyecto y, sin duda, un gran reto. El resultado fue espectacular; el cliente lo valoró enormemente y estoy muy orgulloso.
Mi último proyecto de 2023 fue quizás uno de los más especiales hasta la fecha. Una pareja inglesa decidió casarse en el Palacio de los Córdova de Granada y quería transformar el espacio de la ceremonia en un jardín florido, con un pasillo curvo de más de 50 metros de largo. Junto con un grupo de excelentes profesionales de todos los ámbitos, creamos un cuento de hadas para una boda íntima de tan solo 20 invitados, donde las flores fueron un elemento clave en la experiencia tanto de los novios como de sus invitados.
¿Hay algún evento o cliente que destaque en tu memoria como particularmente gratificante?
Mi experiencia en el Festival Flora 2017 fue reveladora como florista y la recuerdo como especialmente gratificante. Trabajé como asistente en el proyecto de Isabel Marías, experimentando un intenso proceso de aprendizaje que abarcó el diseño floral, aprendiendo de su sensibilidad, visión y técnica. También me enseñó sobre el compromiso, el trabajo en equipo, el apoyo y el esfuerzo colaborativo que requieren instalaciones tan grandes. Fue emocionante formar parte de ello.
También debo destacar otro aspecto clave: conocí a muchos de mis amigos floristas, con quienes mantengo un estrecho contacto. Sin duda, han sido y siguen siendo parte de mi red de apoyo profesional. Es fundamental crear espacios como estos, donde podemos crecer juntos de tantas maneras. Madrid Blossom será, sin duda, otro momento memorable en este sentido.

¿Hay alguna tendencia emergente o técnica innovadora que le parezca particularmente interesante?
Creo que el uso de textiles integrados con flores o esculturas vegetales en la decoración de eventos será una tendencia fuerte para los próximos años. Disfruto mucho llevando las tendencias a mi propio territorio, a mi propia interpretación. Lo encuentro desafiante y emocionante.
¿Qué prácticas sostenibles específicas incorporas en tu trabajo diario como diseñador floral?
Soy muy consciente de la deuda que tenemos los floristas con el medio ambiente debido a la gran cantidad de residuos que generamos, muchos de ellos no biodegradables. Tengo un largo camino por recorrer en este sentido. Hoy en día, incorporo el uso de Kenzan o malla de gallinero en todos mis proyectos siempre que sea posible, y prefiero el uso de flores de temporada y de cultivo local en mis diseños.

Cuando la gente disfruta de tus diseños florales, ¿qué mensaje o emoción esperas que se lleven?
El mundo de los eventos, pero en particular el de las bodas, es un mundo impregnado de sensibilidad. Mi trabajo forma parte de una puesta en escena cuidadosamente elaborada, meditada y muy esperada para una pareja. Todo debe ser lo más cercano a la perfección posible. Siempre busco que mi trabajo transmita delicadeza, belleza y, sobre todo, que transmita todo lo que hemos madurado con la pareja a lo largo del tiempo. Quiero que transmita autenticidad.
FOTOGRAFÍA DE FACIBENI PHOTOGRAPHY